La cala Benirrás, cerca de donde comenzó el incendio es frecuentada por mucha gente que cada día encuentra allí el lugar propicio para la diversión. El sonido de los tambores ponía música todos los domingos allí a la puesta de sol. Un espectáculo visual y sonoro que convirtió a la ibicenca cala Benirrás en una concentración masiva de turistas.