El conflicto entre los representantes de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) y los controladores aéreos sigue estancado, tras la reunión que ambos mantuvieron este fin de semana. Unos y otros se acusan mutuamente de romper las negociaciones. Los controladores atribuyeron el fracaso de las negociaciones a AENA, tras reclamarle que anunciara públicamente la desconvocatoria de la huelga, mientras que Fomento justificó esta petición por la "división interna" existente dentro del propio colectivo a la hora de desconvocar los paros. No cesa la incertidumbre de una huelga, que sería para finales de agosto. El sector turístico dice que sufre ya las consecuencias y pide responsabilidad a los trabajadores. El jueves el comité ejecutivo del sindicato mayoritario USCA, que agrupa al 95% de los 2.400 trabajadores que AENA tiene en plantilla, celebrará una reunión para decidir si habrá paro y, en teoría, en que fecha tendrá lugar la huelga. De producirse finalmente los paros, estos no se producirán antes del 22 de agosto, dado los 10 días de preaviso exigidos por ley. El ministerio de Fomento, José Blanco, y AENA les exigen que tomen una decisión cuanto antes porque están perjudicando, dicen, a la economía española.