El nuevo Gobierno británico ha anunciado recortes en el gasto de unos 7.200 millones de euros. Medidas muy efectistas como prohibir a los funcionarios viajar en primera clase o quitarles a los ministros el coche oficial, pero también una medidas que van afectar a todos. Se recortan las pensiones, se acaba con el cheque bebé y se deja de invertir tanto en infraestructuras como en educación o gobiernos locales. Y esto es sólo el principio, ya que el ministro de Finanzas ha anunciado que en el próximo mes podría haber un ajuste mayor.