Más de cien trabajadores de Showa, la multinacional japonesa dedicada a la fabricación de piezas para motocicletas, se han manifestado hoy ante el Parlamento catalán por pedir al gobierno de la Generalitat que fuerce una reunión con la dirección de la empresa ante las sospechas de cierre de la planta de Martorelles (Barcelona) en la cual trabajan más de 280 personas. Las sospechas de los trabajadores provienen de una carta en japonés que interceptaron. Al traducirla comprobaron que la misiva contenía el plan empresarial, que pasaría por cerrar la planta catalana y abrir otra a finales de año con el número indispensable de trabajadores y en un lugar alejado del actual y difícil de encontrar para evitar quejas y protestas. Además la carta pedía que la información no llegara a los trabajadores ni al comité de empresa. Los trabajadores se sienten abandonados por la dirección de Showa. Dicen que los directivos, escoltados por los Mossos d'Esquadra, se llevaron la documentación y ordenadores de la planta hace una semana. Por eso, han pedido a la Generalitat que intervenga en el proceso de cierre de la fábrica y se evite así el secretismo que la compañía ha impuesto hasta el momento y que consideran un "cierre encubierto".