Han puesto su mejor sonrisa para la foto, pero dentro, los barones han sido críticos y exigentes a la hora de pedir explicaciones. Alguno lo dejaba claro nada más pisar Ferraz. Pero tras dos horas y media de reunión se marchaban suavizando el mensaje.Mismo espíritu que se respiraba horas antes en la Ejecutiva, el desfile de caras largas parecía el prolegómeno de lo que iba a ocurrir.