El Papa Benedicto XVI abandonaba la Nunciatura rumbo a IFEMA, donde tenía lugar el último acto de la Jornada Mundial de la Juventud 2011. Deseoso de satisfacer a todos, el Papa saludaba a quienes le esperaban a la salida. Durante el trayecto, cientos de personas recibían a Benedicto XVI con cánticos y gritos de júbilo.