La atención de los japoneses se divide entre lo que pasa en la central de Fuhushima y la búsqueda de supervivientes en la zona devastada. Aunque entre los escombros lo que se están encontrando son cadáveres. Oficialmente el gobierno nipón reconoce más de 3.300 muertos, pero la cifra podría superar los 15.000. Los soldados sólo han encontrado muertos en lo que queda de la ciudad de Rikuzentakata, una localidad de la prefectura de Iwate que tenía 25.000 habitantes. Los desaparecidos siguen siendo miles y su búsqueda puede complicarse más con la llegada de la lluvia y la nieve. Las autoridades han pedido a la población más ahorro de combustible para poder destinarlo a la zona afectada y a los refugios.