Ni la contundencia del informe del forense Etxeberría. Ni la rectificación de la antropóloga. Ni la indignación de la gente. No hay nada capaz de hacer cambiar su versión a José Bretón. El detenido echa mano de la teoría de la conspiración para defender su inocencia. Bretón asegura que los investigadores añadieron huesos humanos a los restos que se encontraron en la hoguera. Pero el juez instructor del caso se adelantó a esta jugada. Y en su auto ya avisaba a navegantes. La cadena de custodia de los huesos se respetó en todo momento.