El Partido Popular se ha tomado muy mal la decisión del juez Pedraz sobre los imputados por las protestas del 25-S. Los acusados abandonaron el edificio sin cargos después de que el juez Pedraz entendiese que la policía exageró la gravedad de la manifestación. Añade que no está demostrado que nadie quisiese entrar en el Congreso, pero lo que más ampollas ha levantado es una alusión a esos políticos. Dice el juez que la libertad de expresión ampara a los manifestantes incluso cuando cuestionan el modelo constitucional, máxime, prosigue, ante la convenida decadencia de la denominada clase política.El primero de aludidos en contestar al juez ha sido el presidente del Congreso, Jesús Posada.El portavoz del PP en el Congreso, mucho menos contenido, ha tachado a Pedraz de pijo ácrata. Vamos, según la RAE, persona partidaria de la supresión de toda autoridad, eso sí, con gustos propios de clase acomodada.