Se abre el ascensor y aparece José María Ruiz Mateos del brazo de la policía. "Me estoy muriendo". Siente que se muere, dice, tras pasar la noche en el calabozo detenido por orden de la jueza María Pascual. "La más mala mujer que he visto", apostilla. Reaparece cinco minutos después. Comienza el espectáculo, la reproducción de lo que ha ocurrido en el interior de la sala. "Un bicho de mujer, un demonio, un esperpento de mujer...". Así ha sonado su recital de insultos interrumpido únicamente por el abrazo y el beso de su hija Begoña, que le ha dado fuerza para continuar en el exterior. "Nauseabunda. Ni la peor de las putas. Un demonio".Han sido las únicas palabras que ha escuchado la jueza en su no declaración. El abogado de Ruiz Mateos ha revelado que el empresario jerezano ha comentado cómo está y se ha negado a declarar y ya está. La abogada de la acusación resume el guión del día. En su opinión, "lo que quería era montar el circo que ha montado aquí". "Me tendrán que traer en camilla". Así volverá a Palma si vuelve a ser citado, ha afirmado. Se cierra por ahora el último episodio Ruiz Mateos. La jueza lo ha dejado en libertad.