En la ciudad de los termómetros aberrantes, de los abanicos inquietos, de los paraguas que no conocen la lluvia. Un trocito de sombra cuesta 200 euros. A varios cocheros los han multado por aparcar a la sombra, fuera de las paradas oficiales. Pero estas no tienen toldos. El gremio asegura que el Ayuntamiento los prometió a cambio de que ellos pusieran pañales a sus caballos. Ahora Sevilla está más limpia, los caballos igual de acalorados.Los cocheros dicen que para estos animales es más importante la sombra que el agua.