Los directivos del Athletic de Bilbao y especialmente sus aficionados viven una situación compleja que les enfrenta y les divide después de que el máximo dirigente del club, Josu Urrutia, confirmase que los representantes de Fernando Llorente han comunicado la decisión del jugador de no continuar en el equipo. Así mismo, se remitió a la clausula de rescisión del futbolista, 36 millones de euros más impuestos, para que su salida se haga efectiva, puesto que el presidente reconoció que no habrá ninguna intención de negociar, algo que parece no tener mucho crédito teniendo en cuenta que Llorente termina contrato en apenas unos meses y podría llegar a otros clubes a coste cero para entonces. En cualquier caso, Urrutia definió esta situación como un "golpe en la línea de flotación" y un "fracaso institucional".Ahora, la afición, sumida en la diversidad de opinión, por un lado se lamenta y se resigna a verle marchar, y por otro, esperan hacer un buen negocio y obtener una buena recaudación con su venta.