Prevenir incendios provocados por descuidos es lo que pretende la Generalitat catalana para los próximos tres días. La ola de calor, que se dará por terminada al finalizar el sábado, obliga a extremar las precauciones debido a lo secos que se encuentran los campos catalanes. Según el Conseller de Interior, Felip Puig, no han estado tan secos en medio siglo. Para ello, se prohíbe el acceso a ocho macizos de la comunidad a todo vehículo motorizado así como encender fuegos. También se quiere actuar en consonancia con los agricultores, por lo que mil de ellos limpiarán sus terrenos para convertirlos en cortafuegos. En concreto, habrá unos 6.500 cortafuegos, sobre todo en las zonas norte y centro de Catalunya, las más propensas a sufrir incendios. Además, unos 15.000 efectivos vigilarán más de 20.000 hectáreas.