Construir más Europa es en estos tiempos un camino de vértigo. Y por él tendrá que transitar el ministro Guindos mañana y pasado. El Eurogrupo debe rematar las condiciones del rescate bancario. Ese que tiene en vilo a los mercados. Porque ya parece claro que el dinero irá al Estado y de ahí a las entidades y contará como deuda pública.  Nada se sabrá hasta finales de mes, lo que genera más incertidumbre y el miedo de los mercados. Guindos pedirá la celeridad que en auditorio nacional exige Rajoy. Que el dinero del crédito llegue pronto. Y que se amplie el plazo para que España cumpla con los objetivos del déficit. Pero esto no es gratis. Sobre la mesa de Bruselas las exigencias: más recortes, subida del IVA, bajada del sueldo de los funcionarios. Detalles que el Gobierno podría ir deshojando a partir de la comparecencia del presidente el miércoles en el Congreso. A las comunidades autónomas les dará la noticia Montoro el jueves. Y el viernes el Consejo de Ministros aprobará parte de este nuevo empuje contra presupuestario de Rajoy. Porque sin él el Banco Central Europeo, acostumbrado a capear el vértigo, no cumplirá su función de bombero. Apagador de mercados para que España e Italia puedan financiarse sin morir en el intento. Ese es el acuerdo del Consejo Europeo, que compre deuda soberana. Esta es su agenda: la de la economía real. De las diez regiones con más paro europeas, ocho están en España.