Se trata de la segunda huelga general en cuatro meses. Los ciudadanos han salido a las calles de Lisboa para protestar contra los últimos ajustes aprobados por el Gobierno de Pedro Passos-Coelho. Los transportes públicos se han visto enormemente afectados. El metro y los autobuses no funcionan y se han suspendido los servicios portuarios. La enseñanza primaria y los hospitales también han sufrido las consecuencias de este paro, aunque de forma más desigual. El detonante de esta nueva huelga general fue la reforma laboral aprobada el pasado mes de enero con la que, entre otras medidas, se abarata el despido.