Unos 200 objetos reales del Titanic, junto con recreaciones de algunas de las estancias interiores del barco como camarotes o pasillos de primera clase, se exhiben desde hoy en una exposición en el Museo Marítimo de Barcelona, que conmemora el centenario del hundimiento del famoso transatlántico. La exposición, que estará abierta al público hasta el 30 de septiembre, recrea la historia del lujoso transatlántico a través de objetos, documentos e imágenes originales, rescatados del mar o cedidos por familiares de alguna de las 2.207 personas que embarcaron en el Titanic durante su fatídico viaje inaugural. Una iluminación intimista sumerge al visitante al entrar en la muestra en un viaje que arranca con la concepción y construcción del barco y finaliza con el estado actual de los restos, a casi cuatro kilómetros bajo la superficie marina, en aguas del Atlántico Norte. En la primera parte se puede contemplar la única lista original de pasajeros del Titanic conservada; un trozo de carbón procedente de la sala de calderas nº 1; o las dos cartas escritas por su Primer Oficial, William Murdoch, a bordo del Titanic. En el itinerario expositivo se muestran un banco de la cubierta de botes; el esmoquin y objetos personales de uno de los pocos pasajeros españoles del Titanic, Víctor Peñasco, que viajaba en primera clase y también murió; vajilla original del Titanic o el anillo original de la pasajera sueca Gerda Lindell encontrado en el bote-salvavidas A. El Titanic, que tenía 270 metros de eslora, 30 de manga y medía 30 metros entre la quilla y el puente, llevaba a bordo 2.207 personas, de las que cerca de 900 eran tripulantes.