Los puestos agonizan porque los turistas no compran sus plantas. El Ayuntamiento ha comenzado a sancionarles si venden recuerdoso como imanes o llaveros. Cuestan uno o dos euros y suponen la mitad de su facturación. A 13 puestos les han multado con 750 euros. Los comerciantes aseguran que sin estos recuerdos no podrán sobrevivir. En el ayuntamiento son tajantes. Sólo podrán vender flores y artículos que recuerden su marca de floristas.