Sale a la luz un documente de Caja Madrid en el que se demuestra cómo aleccionaron a sus empleados para vender participaciones preferentes. La primera advertencia, a toda página: "esta información no debe estar a la vista de los clientes". Tras dejarlo claro, la entidad explica a sus trabajadores que las preferentes "son títulos sin vencimiento definido", es decir, sin una fecha obligatoria para devolver el dinero a los clientes. Pero más adelante plantea una cuestión, "¿qué pasa si necesitan ese dinero?". La entidad asegura que recomprará esas participaciones en siete días", presentando este documento. La acusación pretende demostrar que los clientes fueron víctimas de un engaño.