20 inspectores viajan a siria como avanzadilla para poder cumplir con los planes de desarme químico del ejército de El Assad. El objetivo es que Damasco no pueda contar con este tipo de armas a mediados de 2014. Los inspectores han dicho que eso podría incluir la destrucción de equipos mediante mazos, hacer estallar los misiles de envío, conducir tanques sobre proyectiles vacíos y hacer funcionar máquinas sin lubricante para que se traben y queden inservibles. Lo que parece claro es que nunca sabremos la cantidad de armamento que será destruido.