Más de cien subsaharianos viven en unos contenedores de carga situados en un campamento improvisado en Alcarrás, Lérida. Les habían prometido trabajo, pero no lo encontraron y ahora tampoco tienen posibilidad de volver a casa. Dentro de los camiones se encuentran todas sus pertenencias. Hay hasta diez furgones que se han convertido en viviendas para los temporeros extranjeros. Han llegado a Lérida para trabajar en la recogida de fruta, pero no tienen papeles, no consiguen empleo y están obligados a vivir en condiciones insalubres. Tampoco tienen luz y agua y para ducharse utilizan botellas. Sobreviven recolectando y vendiendo caracoles en los arcenes de la carretera. Desde el Ayuntamiento de Torres de Segre dicen que no pueden hacer nada, ya que se trata de un terreno privado.