El Festival Internacional de Benicàssim echa el cierre esta noche después de cuatro días de música. Este FIB se recordará por el suspense de su edición debido a la crisis económica de la empresa organizadora. Una incógnita hasta el último momento que ha restado seguidores al festival que apenas ha tenido 30.000 personas al día, muy lejos de los 50.000 de años anteriores. Una descenso de asistentes que han notado, sobre todo, los bares, restaurantes y comercios del municipio castellonense. En el aire está la continuidad del festival el año que viene.