Las protestas vuelven a las calles de Río de janeiro y la violencia vuelve a estallar. Los violentos enfrentamientos fueron el colofón de unas movilizaciones en una jornada de huelga general. De nuevo la policía utilizó sus armas para dispersar a los violentos con pelotas de gomas y el humo de los gases lacrimógenos envolvió un ambiente de tensión, con el que intentaban disuadir a los manifestantes. Contenedores de basura ardiendo, paradas de autobús destrozadas y el puesto de mando de la policía fueron los objetivos de los vándalos.Horas antes, por las calles de Río marchaban miles de personas en la primera huelga general en 22 años. Los sindicatos llamaban a los brasileños a concentrarse en el llamado" Día nacional de la Lucha" en más de 20 ciudades para demandar mejoras laborales. Su principal reivindicación es la disminución de la jornada laboral a 40 horas, reducir la precariedad laboral y aumentar las pensiones.