Este lunes, el Papa Francisco ha viajado hasta la isla italiana de Lampedusa, escenario del drama para miles de inmigrantes que en los últimos 20 años han muerto tratando de llegar a Europa. Más de 20.000 hombres y mujeres ahogados a los que el Papa ha querido homenajear a bordo del barco en el que ha llegado a la isla. Francisco sigue fiel a su estilo austero, es por ello que ninguna procesión de guardacostas de la Armada italiana ha seguido a la embarcación en la que él viajaba, como habría sido habitual. Ha preferido ir con una lancha normal, escoltada y acompañada por algún pesquero de la isla. Al tomar tierra, el Papa ha estrechado las manos de los inmigrantes irregulares y después se ha trasladado al campo de deportes "Arena", de la localidad de Salina, para oficiar una misa. Se trata del primer viaje oficial del Pontífice fuera de Roma.