Sofía tiene 63 años y un juez acaba de reconocerla como la hija secreta de un terrateniente de El Coronil (Sevilla), fruto de un amor furtivo. Fallecido en 1970 con tan sólo 47 años, su padre no dejó hecho testamento. Ahora la batalla judicial será que ella y sus descendientes reciban la mitad de los 15 millones de euros de herencia que a ella, como hija, le pertenece compartir con el único heredero reconocido del terrateniente.