En plena campaña electoral hay candidatos que celebran el funeral de la clase política, pero no son candidatos al uso, son amas de casa, estudiantes, parados...Los simpatizantes del excéntrico cómico Beppe Grillo y de su movimiento 5 estrellas, tan excéntrico que para el pistoletazo de salida de su campaña eligió algo más fresco que un mitin: atravesar a nado el estrecho de Mesina. Con unos sondeos que le otorgan el 16 por ciento de los votos, podría convertirse en una fuerza clave en el parlamento que saldrá de las urnas el próximo lunes. La misma intención de voto para Mario Monti, un candidato a primer ministro que no se presenta a las elecciones. Elegido en 2011 para dirigir un gobierno técnico, le ha cogido el gusto y en diciembre decidió saltar a la arena política. Ser senador vitalicio le impide ser candidato, pero ha logrado liderar una coalición de partidos de centro que comparten su programa de reformas, para alegría de la Canciller Merkel que no ha ocultado sus preferencias.En posición aventajada, Silvio Berlusconi. Il Cavaliere se fue pero no para siempre. Repite coalición con la Liga Norte. Esta vez como cabeza de lista al Senado, pero dice que si gana no será primer ministro, prefiere la cartera de economía. La propuesta de devolver el impuesto sobre la vivienda creado por Monti se ha convertido en su principal baza electoral, y en las últimas semanas ha remontado en las encuestas. Por delante, pero a poca distancia, Pier Luigi Bersani, dos vicesministro, excomunista y autor de una tesis sobre el Papa Gregorio El Grande. Como líder de la izquierda apuesta por lo social. Un reclamo atractivo para un electorado muy castigado por las políticas de austeridad de los últimos meses. En un ambiente convulso y salpicado por la corrupción, Italia se la juega.