Ya lo advertía Beppe Grillo: "Hemos entrado en una nueva fase, no sé qué fase será". No lo sabe el líder del Movimiento Cinco Estrellas ni nadie en Italia. Porque de nuevo sobrevuela el fantasma de la ingobernabilidad. En la Cámara de los Diputados el centro-izquierda de Pierluigi Bersani gana de forma clara. Pero el problema está en el Senado. Con más de la mitad de los votos escrutados, el centro-derecha de Silvio Berlusconi y sus aliados de la Liga Norte lograrían123 de escaños, frente a los 104 de Bersani, su principal rival. Un resultado que deja un panorama incierto, porque la Ley Electoral exige la mayoría en las dos Cámaras. Ni siquiera el apoyo del primer ministro saliente Mario Monti, que ha conseguido dieciséis escaños, desbloquea la situación. Por eso algunos politicos han hablado ya esta misma tarde de volver a las urnas. Algo impensable hace dos meses, cuando nadie podía predecir el avance imparable de Berlusconi. El incierto panorama da la razón al cómico Beppe Grillo, convertido en la tercera fuerza: La vieja política parece agotada para formar un gobierno estable.