Al menos 65 cuerpos sin vida han sido hallados en el río Queiq, en un barrio de la ciudad de Alepo, en el norte de Siria. Los fallecidos presentan impactos de bala en la cabeza y las manos atadas a la espalda, signos de que podrían haber sido víctimas de una ejecución sumaria. Miembros del bando rebelde que combaten a las fuerzas de Bachar el Asad continúan recuperando cadáveres, por lo que la cifra de muertos podría ser muy elevada.