Con los numerosos recortes, la subida del IVA y en definitiva todas aquellas medidas que se han aplicado para tratar de salir paulatinamente de la crisis, la cultura se ha visto gravemente resentida. Sin embargo, han sido los museos los que han conseguido sobreponerse a las circunstancias y esquivar los efectos nocivos de la recesión. Lejos de experimentar una reducción en el número de visitantes, por el contrario se ha incrementado. Desde enero ha habido más gente que otros años en el Thyssen y en el Prado. Concretamente este último recibió casi tres millones de visitas en el 2012; un dato que en los tiempos que corren resulta sencillamente extraordinario.