Australia debuta en el Mundial con una derrota ante Chile, pero lejos de hacer reflexión, los australianos se han tomado el resultado como una victoria. El porqué de su actitud reside en el bajo nivel de expectativa de sus aficionados. Fueron tantas y tan grandes las palizas del equipo recibidas en anteriores ocasiones, que el hecho de conseguir marcar un tanto durante su primer partido en Brasil, y con él, conseguir un punto en la clasificación de grupo ha supuesto un antes y un después en la actitud de los jugadores. Tras el encuentro, todos los jugadores han entrenado en la piscina del hotel con caras de satisfacción y un buen humor palpable.