Las barricadas en los edificios oficiales del este de Ucrania llevan camino de convertirse en parte del paisaje urbano, en algo casi tan normal como otros elementos de la ciudad. Porque los atrincherados pro-rusos insisten en que el acuerdo de Ginebra no les afecta, y mantienen ocupados los edificios. Buena parte de la población los apoya, para pedir un referendum de autodeterminación o incluso la separación del este del país para unirse a Rusia. La candidata presidencial, Yulia Timosenko, ha viajado a la zona para hablar con los líderes separatistas y tratar de entender sus demandas. La ex-primera ministra, defensora de la descentralización y de los derechos los rusohablantes, descarta la división de Ucrania. La situación mantiene también en tensión a los actores internacionales implicados. Con tropas rusas cerca de la frontera, Polonia anuncia el despliegue la próxima semana de militares estadoundienses en ese país y, quizás, en las repúblicas bálticas ex-soviéticas, como respuesta a la agresividad del Kremlin. -Redacción-