Con la crisis se han cambiado los grandes escaparates por las grandes ofertas. Los mercadillos las tienen. Buenas prendas a un mejor precio. Aun así, los vendedores declaran que no consiguen tener grandes beneficios y que en algunos casos sufren pérdidas de hasta el 70%. Los compradores cada vez son más exigentes y comparan más los precios aunque siguen buscando artículos buenos, bonitos y baratos.