La de Berlusconi fue la comitiva más numerosa y la más esperada.Fue recibida con gritos y tomates, pero Il Cavaliere no se inmutó y siguió leyendo sus papeles.Su encuentro con el presidente Napolitano duró algo menos de media hora.Una reunión cara a cara y a puerta cerrada con la persona que le niega la inmunidad.Al fin, la puerta se abre y sale el condenado Berlusconi. El líder de Forza Italia se centra en lo que toca: la formación de un nuevo gobierno, aunque citando de soslayo sus causas judiciales, porque su grupo -dijo- va a hacer una oposición responsable para aliviar a los ciudadnos de la presión fiscal, económica y judicial a la que en ocasiones se ven sometidos.El exprimer ministro aseguró también que iba a mantener sus compromisos para reformar la ley electoral.Esa ley que hace de Italia un país donde los gobiernos duran de media un año... y en el que se llega a ser primer ministro por la vía rápida, al ser designado por el presidente Giorgo Napolitano y no por las urnas.Es el caso de Matteo Renzi, el ambicioso y populista líder del partido democrático del que -dicen-decidió dedicarse a la política con 24 años, tras hacer el camino de Santiago.Ayer no peregrinó al palacio Quirinale, la sede de la presidencia, pero sí lo hizo su grupo y la centro derecha de Angelino Alfano. El viceprimer ministro aseguró que iba a seguir formando parte de un gobierno de coalición con el partido democrático siempre y cuando no haya un giro a la izquierda.Así que ahora, con los colores claros, la duda es cúando sonará la campanilla con la que se simboliza el traspaso de poderes y cuánto durará esta en manos de Renzi.