Tienen que soportar los pitidos en plena noche y durante el día los decibelios aumentan. En ocasiones suena hasta tres veces en un cuarto de hora. Una situación que desespera a los vecinos que viven a apenas unos metros. Adif asegura que ya han rebajado el volumen al mínimo que permite la normativa, pero al ser un paso abierto a los peatones no se puede eliminar. Así que tendrán que seguir conviviendo con esta señal acústica que ya se ha convertido en su banda sonora.
-Redacción-