Los Guardacostas británicos han llevado a cabo una operación in extremis para intentar rescatar a la tripulación de un buque de carga ruso encallado en aguas inglesas. Con sus 180 metros de largo, escorado y sin poder maniobrar desde la pasada madrugada, se localizaba a tan solo unos metros de la costa suroeste de Inglaterra, en la bahía de Falmanth. El culpable, el tiempo inclemente y un mar embravecido que lo había arrastrado hasta un inoportuno banco de arena. En su interior navegaban 18 tripulantes, a los que había que auxiliar, pero como el mar no lo ponía nada fácil con su furia desmedida, se ha tenido que trabajar desde el aire. Un rescate espectacular que atraía, además, a los más curiosos. Hasta que con remolcadores, aprovechando la subida de la marea, han logrado reflotar un buque que -por fortuna- no llevaba carga, lo que disipa cualquier riesgo de contaminación.
-Redacción-