Con disparos al aire y fuego en las calles, han reaccionado en Gaza al anuncio de Donald Trump. "Israel es una nación soberana con el derecho a determinar su capital. Esto es una condición necesaria para alcanzar la paz", ha dicho el presidente de Estados Unidos. Una vez más de espaldas al mundo y cumpliendo con otra de sus polémicas promesas electorales, el presidente de Estados Unidos reconoce a Jerusalén como capital de Israel y ordena el traslado de la embajada estadounidense desde Tel Aviv a la Ciudad Santa. Una doble decisión que puede tener unas dramáticas consecuencias históricas para el conflicto en Oriente Medio porque amenaza con incendiar la región en pleno proceso de negociación entre israelíes y palestinos. Desde la comunidad judía lo celebran como un avance hacia la paz, pero desde Hamás aseguran que Trump está "abriendo las puertas del infierno". Preocupa una nueva escalada de violencia, mientras las protestas ya se han repetido. Con concentraciones en Turquía frente a la embajada de Estados Unidos, manifestaciones en el Líbano o el apagado de las luces de Navidad en la localidad de Belén. Desde la Casa Blanca tratan de calmar los ánimos diciendo que la mudanza de la embajada a Jerusalén puede tardar años.
-Redacción-