La Navidad cubre por completo el hogar de los Acken en Oberhausen, al oeste de Alemania. El matriomio nos invita a entrar. Todo empezó decorando un poquito el hall, nos dicen. Pero siguieron y sigueron y en diez años han atesorado 2700 artículos, repartidos en apenas 95 metros cuadrados. No hay rincón de la casa donde no reine la Navidad. Los Acken duermen rodeados de adornos y personajes típicos de estas fiestas. Y hasta el gato parace soñar con Santa Claus. No falta detalle en su paraiso navideño y todas las noches, puntualmehnte, nieva artificialmente en su jardín.
Pero los Acken no son los únicos locos por la Navidad en Alemania. Los Geromin empezaromn poniendo un árbol en el salón, luego otro en la cocina y ya tiene más de 100 en casa. Todo un reluciente bosque por el que apenas pueden andar.