El joven se esconde un collar en el abrigo. Su amiga coge sin ningún pudor un mechero. Un botín ridículo que no pasa de los 3,50 euros, pero que llega a provocar esta incomprensible reacción cuando el propietario, Hao Xu, llama a la policía. Lo tiran al suelo, lo agarran del cuello. También lo insultan y lo amenazan, lo que más le duele, con frases como "cierra el local y vete a tu país". Este otro ejemplo de racismo y violencia gratuita contra estos locales ocurría en A Coruña. Estos otros cinco jóvenes fueron detenidos en mayo en Madrid. Robaron doce bazares armados con un hacha. Un ambiente peligroso que ha sacado a los empresarios chinos a la calle en muchas ocasiones. Siguen pidiendo seguridad y respeto.