En París siguen las protestas de los conocidos ya como chalecos amarillos  por la subida del precio de los carburantes. De nuevo se han producido violentos incidentes en las calles que se han saldado con decenas de heridos y cientos de detenidos.Por tercer fin de semana consecutivo, las protestas contra la subida del diésel anunciadas por el gobierno de Macron han chocado violentamente contra las fuerzas antidisturbios francesas. Esta vez los manifestantes no han conseguido saltarse el control que blinda los Campos Elíseos. Se han quedado a las puertas, frente al Arco del Triunfo parisino. Ese ha sido esta mañana el escenario de los enfrentamientos. Lanzamiento de todo tipo de objetos y barricadas improvisadas frente a los gases lacrimógenos, y las contundentes cargas de la policía, que esta vez sí ha conseguido frenar el avance de los chalecos.De nada han servido las medidas compensatorias que ha ofrecido el Elíseo esta semana. Las negociaciones con un colectivo horizontal sin líderes ni portavoces claros es cada vez más complicada. Pero es que además, lo que arrancó como una protesta contra la subida del gasóleo ha acabado por convertirse en un movimiento que aúna a todo el descontento con Macron, desde la izquierda de Mélenchon a la derecha más extrema de Le Pen, y que por pedir, pide ya una reforma fiscal electoral, una subida del salario mínimo y hasta la supresión del senado. 
-Redacción-