Cada uno por su lado. Así abandonaban anoche el pleno del Parlament Junqueras y Puigdemont. El presidente de la Generalitat no da pistas de sus próximos movimientos después de darle al Parlamento la llave para una posible declaración de independencia, tras muchas horas de desconcierto que terminaban con su rechazo a convocar elecciones anticipadas por falta de garantías del Gobierno para frenar el artículo 155. Esa posibilidad electoral ha estado encima de su mesa. Según la Agencia Catalana de Noticias, cuando Puigdemont ya valoraba hacer un pacto con el Gobierno para detener el artículo 155 a cambio de unos comicios, Junqueras lo rechazó porque eso implicaba renunciar a proclamar la República catalana. Entonces, Puigdemont desafió a su vicepresidente: le llegó a plantear su dimisión y le ofreció su cargo al frente de la Generalitat para que fuese el líder de Esquerra quien proclamase la independencia. En un principio, Junqueras aceptó pero con una condición: que todo el grupo de Junts pel Sí votara a favor su investidura. El president no pudo garantizarlo, el vicepresidente catalán se echó para atrás y este escenario entró en vía muerta porque difícilmente el PDeCat iba a aceptar un relevo en la presidencia.
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