Los 250 guardias civiles que estaban alojados en Calella han tenido que abandonar la localidad escoltados por los Mossos d'Esquadra. La tensión estalló la noche del lunes, cuando varios agentes, hartos del acoso, salieron a la calle con las porras extensibles en la mano provocando 14 heridos. La alcaldesa de Calella niega que se haya presionado a los hoteles para que expulsen a los agentes, pero ellos mismos aseguran que los dueños han recibido amenazas por parte de los vecinos.