Durante cientos de años, multitud de ciudadanos chinos se dan cita en el río Qiantang, al este de China, para presenciar el espectáculo de sus mareas. Este año dos agujeros de marea se intercalaron durante varios minutos sorprendiendo a los miles de espectadores. Los dos agujeros de la marea formaron una cruz y posteriormente se precipitaron contra la presa, salpicando a los turistas. Este fenómeno es causado por la atracción gravitatoria de la luna y la silueta de la desembocadura del rio Quiatang.