Con alcohol celebran la vuelta a las clases los estudiantes universitarios. Los campus se llena de jóvenes con ganas de diversión. Hacer botellón es un plan apetecible para muchos. Es barato y no requiere una gran infraestructura, aunque no lo tienen tan fácil. La policía está detrás de ellos y las multas pueden llegar a los 600 euros. Al final terminan en zonas como ésta de Ciudad Universitaria donde no molestan a los vecinos, aunque las montañas de basura tienen un grave impacto medioambiental. La mayoría ensucia pero no recoge. El alcohol está muy presente entre los jóvenes españoles pese a los daños para la salud que provocan los peligrosos atracones de los fines de semana. El cuarenta por ciento creen que emborracharse les compensa. Pese a la gran aceptación social del alcohol en la cultura española, el consumo a edades tempranas puede tener consecuencias muy negativas.
-Redacción-