Los embalses españoles se encuentran al 43% de su capacidad cuando lo habitual en estas fechas es que estén en torno al 60%. La disminución del agua es tal que en muchos lugares están quedando al descubierto algunos restos arqueológicos importantes. Es insólito apreciar las ruinas medievales que emergen del embalse de Aguilar de Campoo. Reliquias sumergidas desde hace más de cinco décadas que salen a flote por la escasez de agua. La cara más amarga de la falta de lluvia también la muestra el embalse de Vilasouto, al 17% de su capacidad. Un caso extremo en Galicia, una comunidad que está en prealerta desde el mes de enero. La falta de precipitaciones hace mella en Orense donde han tenido que abastecer con camiones cisterna a 15 aldeas. Son paisajes desoladores que tienen graves consecuencias para el campo y la ganadería.
-Redacción-