La completa destrucción de la casa de Alcanar da una idea de la enorme cantidad de explosivos que manejaban los terroristas: hasta 100 kilos de una sustancia tan mortífera que se conoce como "madre de Satán". Según el Periódico de Cataluña querían distribuirla en 20 sacos y con ellos llenar tres furgonetas que harían estallar en los monumentos más significativos de Barcelona, como la Sagrada Familia. En el chalet de Tarragona el comando yihadista mezclaba los ingredientes del explosivo, los enfriaba en el suelo y luego lo dejaba secar en el jardín, pero esta sustancia es tan difícil de manipular que explotó, destrozando por completo la casa que sirvió de laboratorio durante meses y matando a dos de los terroristas. El tercero, Mohamed Houli, que resultó herido en la explosión, es el que ha explicado al juez los planes de la célula. La declaración ha servido además a los investigadores para concluir que los terroristas habían rellenado también cilindros metálicos con material explosivo y metralla para usarlos con chalecos o como bombas de mano. Nunca hasta ahora una célula yihadista había logrado acumular tanta cantidad de este explosivo para atentar en Europa. En los ataques al aeropuerto de Bruselas los terroristas emplearon menos de la mitad del que se preparaba en Alcanar.
-Redacción-