Unidos en el dolor, con el Rey a la cabeza, las instituciones: las del Estado y las de Cataluña. Solemnidad, gesto severo en una plaza Cataluña abarrotada de barceloneses que guardan silencio, roto al final por los aplausos y al grito de no tengo miedo. Es la imagen del consenso contra la barbarie, la de los partidos y sobre todo, la de un Gobierno y de un Govern que apartan aquí la tirantez. Rajoy ofreció anoche todo el apoyo pero él de un lado se ha reunido con los máximos responsables de las fuerzas de seguridad y del otro, Puigdemont se ha acercado al Hospital del Mar. El president exige no vincular el atentado con el proceso independentista. Todos los partidos, unidos en el Parlament. La unidad expresada en la misma Rambla, reivindicada por la alcaldesa rota de dolor. Una unidad, a última hora de la mañana, ahora sí, escenificada en el gabinete de crisis. Por primera vez, Rajoy y Puigdemont llegando juntos para liderar las tareas de coordinación.
-Redacción-