Tras saltar la noticia acerca de las intenciones de Corea del Norte de atacar con misiles balísticos las bases estadounidenses en la isla de Guam, Donald Trump lanzaba un mensaje contundente. Advertía al presidente norcoreano de "una furia y un fuego jamás vistos en el mundo". Las declaraciones desataban la polémica y una vez más el secretario de Estado, Rex Tillerson, llamaba a la calma: "No, yo creo que los estadounidenses deberían dormir bien por la noche, no tengo ningún tipo de preocupación sobre la retórica de estos últimos días. Creo que el presidente una vez más como comandante jefe sintió la necesidad de mandar un mensaje contundente directo a Corea del Norte. Pero lo que creo es que el presidente solo estaba reafirmando que los Estados Unidos tiene la total capacidad de autodefensa ante cualquier ataque, y de defender a nuestro aliado y así lo haremos. Asique los americano pueden dormir tranquilos" declaraba.