Veinticinco años después se ha repetido la imagen. La antorcha con la bandera olímpica ha recorrido de nuevo las calles de Barcelona, esta vez en sentido inverso, y se ha vuelto a encender el pebetero, ahora de forma simbólica. Con la actuación de los Manolos acababa una jornada en la que se recordó el espíritu de aquellos juegos de Barcelona 92. El rey, presente en todo momento en los actos conmemorativos, ha llamado a los catalanes a trabajar todos juntos, en la misma dirección.
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