Israel ha reabierto la explanada de las mezquitas al culto tras el ataque del viernes, aunque con restricciones. Detectores de metales, cámaras de seguridad y mayor presencia policial cubren los dos únicos accesos por los que se permite el paso. Esto ha provocado nuevas tensiones. Varias personas han intentado saltarse los controles de seguridad y muchas otras se han puesto a rezar frente a las puertas de la mezquita de Al Aqsa como forma de protesta.