La desesperación por alcanzar el puerto de Melilla le ha podido costar la vida hoy a 24 inmigrantes subsaharianos. Están abatidos, con la ropa empapada y sintiendo escalofríos porque la lancha en la que iban volcó arrojándoles al mar. Fueron dos guardias civiles quienes pidieron ayuda para salvarles. Todos ellos llegaron rendidos ante el esfuerzo por sobrevivir. La mayoría sufría síntomas de ahogamiento y, de hecho, todavía buscan en el agua a uno de ellos.
-Redacción-