En un coche con cristales tintados, Manuel Moix ha accedido hasta la puerta misma de la Fiscalía para evitar las cámaras. Dentro, su superior inmediato: el fiscal general del Estado, que ha llegado apenas unos minutos antes. A esa hora, la rueda de prensa estaba ya convocada y la decisión tomada. Porque desde su llegada hasta que Maza ha comparecido sin aceptar preguntas, han pasado poco más de 15 minutos. Primero ha calificado de intanchable la actuación de Moix y después ha comunicado su dimisión, que no cese. Una dimisión aceptada a regañadientes porque Maza no ve motivos para que Moix dimite. Las contradicciones de Moix no han resistido el envite. Sobre todo, su negativa a reconocer que conocía la existencia de la empresa panameña antes de la muerte de su padre. Pero el ya exfiscal estuvo presente en un juicio contra sus padres por alzamiento de bienes. Les denunció un contratista que realizó obras en el chalé de Collado Villalba. Su padre había negado a pagar alegando que él no era el dueño de la sociedad propietaria de la casa.